1. ¿Qué es el nivel de activación?
2. Nivel de Activación y rendimiento
3. Reconocer el nivel de activación
4. Aumentar o disminuir el nivel de activación
1. ¿Qué es el nivel de activación?
El nivel de activación es una respuesta que se da por la interacción de los siguientes niveles:
- Fisiológico: pulso, tensión muscular, respiración…
- Conductual: quedarse bloqueado, hablar o moverse mucho, gritar…
- Cognitivo: pensamientos, emociones, sentimientos…
Ejercicio práctico: piensa una situación de entrenamiento o de competición donde sentías la respiración o el pulso acelerado, te era incapaz de mantenerte en un estado despreocupado que te favoreciera rendir a tu máximo nivel, tu foco de atención estaba puesto en lo que podía salir mal o por el contrario piensa en una situación de entrenamiento o de competición donde te sentías desahogado, con el foco de atención en aquello que dependía de ti para conseguir los objetivos, sintiendo sensaciones agradables… probablemente ambas situaciones estén relacionadas con el nivel de activación que tenías en ese momento.
Podemos encontrar dos tipos de activación:
- Activación negativa: se siente ansiedad, frustración, incertidumbre y se centra en los aspectos negativos de la situación.
- Activación positiva: se sientes sensaciones agradables, se percibe la situación como algo positivo y se tiene buena motivación para afrontar el reto.
2. Nivel de activación y rendimiento
La relación entre rendimiento y activación tiene forma de U invertida.
Esto quiere decir que un nivel de activación demasiado alto o demasiado bajo es perjudicial para rendir de forma óptima. Por lo tanto es de gran importancia encontrar cual es el nivel óptimo de activación donde se alcanza el máximo rendimiento.
Un nivel bajo de activación da lugar a falta de interés y de motivación, exceso de confianza…, un nivel alto de activación provoca estrés excesivo, irritabilidad, hostilidad, enfado…
3. Reconocer el nivel de activación
Piensa en una situación de un entrenamiento o competición donde sentías que estabas compitiendo a tu máximo nivel.
- ¿Qué pensabas?
- ¿Cómo te sentías?
- ¿Qué hacías?
Es una escala de 0 a 10 donde 0 es el estado máximo de relajación y 10 es el estado de máxima agitación, valora cómo te sentiste en esa situación
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Este sería tu nivel óptimo de activación.
Ahora vamos a valorar el nivel de activación en distintas situaciones del entrenamiento o competición.
Escoge distintas situaciones, por ejemplo, minutos iniciales, después de un fallo, tras una buena jugada…
- ¿Qué piensas?
- ¿Cómo te sientes?
- ¿Qué haces?
Valora en la escala de 0 a 10 tu nivel de activación
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Valora en la escala de 0 a 10 tu nivel de rendimiento
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
4. Aumentar o disminuir el nivel de activación
A continuación te dejo algunas pautas para gestionar el nivel de activación.
- Aumentar el nivel de activación:
o Concentrarse en hacer un calentamiento intenso
o Pensar en las posibles dificultades que podemos encuentras y en las posibles soluciones.
o Marcar objetivos que supongan un reto
o Respiración superficial
o Autoinstrucciones.
- Disminuir el nivel de activación:
o Pensar en las posibles dificultades que podemos encuentras y en las posibles soluciones.
o Establecer rutinas previas
o Recordar situaciones donde se controló el nivel de activación.
o Respiración lenta y profunda.
o Ejercicios de relajación.
o Gestión positiva del error y autoinstrucciones.
