PSICOLOGÍA DEL RENDIMIENTO DEPORTIVO
Cuando empecé a trabajar como psicóloga deportiva mucha gente me preguntaba que a qué me dedicaba.
A día de hoy el número de personas que me preguntan ha disminuido pero aun así no termina de quedar claro que hace un psicólogo deportivo.
Según Buceta, J.M. (1995), el objetivo de la intervención psicológica en equipos deportivos consiste en controlar las variables psicológicas relacionadas con el rendimiento deportivo, con vistas a optimizar el rendimiento del equipo y, por esta vía, incrementar la posibilidad de conseguir el resultado deseado (ganar un partido, conseguir un campeonato…).
1. ¿Cuáles son las variables psicológicas que afectan al rendimiento?
- Motivación
Conocemos como motivación el impulso que lleva al deportista a actuar de una manera o de otra y persistir para conseguir el objetivo que se ha marcado.
Es una variable esencial que determinará la adherencia a la práctica deportiva, la constancia el compromiso y la tolerancia a la frustración.
- Autoconfianza
Hace referencia a la percepción que tiene el deportista sobre sus propios recursos para hacer frente a las demandas del entrenamiento y la competición.
Está variable está relacionada con el establecimiento de objetivos, la motivación y el estrés.
- Estrés
El estrés lo producen los estímulos amenazantes, reales o imaginarios, que percibe el deportista y que interfieren a la hora de conseguir el objetivo.
El estrés afecta directamente al nivel de activación, la autoconfianza y la atención. Se puede manifestar a través de síntomas físicos (dolores de cabeza, náuseas, mareos, molestias gastrointestinales, tensión muscular, insomnio…), síntomas emocionales (preocupación excesiva, inseguridad, pensamientos negativos sobre uno mismo, irritabilidad…) y síntomas conductuales (evitar situaciones, reacciones desproporcionadas antes cosas pequeñas…)
- Atención
Mediante esta variable se detectan e interpretan las demandas de cada situación.
Es esencial para un óptimo rendimiento deportivo que el deportista sea capaz de focalizar y mantener la atención en la tarea que tiene que realizar en esa situación en concreto. La atención influye sobre el nivel de activación, el análisis de la información y la toma de decisiones.
- Nivel de activación
Es la intensidad con la que el deportista realiza una conducta en concreto. Es importante saber cuál es el nivel óptimo de activación en el cual nos sentimos cómodos para competir y poder regular esta intensidad según las demandas de la competición.
Es otra de las variables esenciales puesto que influye en las anteriormente descritas. Un adecuado nivel de activación está realizando con la motivación y autoconfianza por conseguir el objetivo mientras que en un nivel de activación bajo aparece el estrés, la incertidumbre, el miedo…
- Pensamientos y creencias limitantes.
Los pensamientos y creencias que tiene el deportista sobre sí mismo influyen directamente sobre la autoconfianza, estrés, motivación, atención y nivel de activación.
El autodialogo interno que tenga el deportista en la competición será relevante para poder conseguir los objetivos que se ha marcado.
- Control emocional.
Alegría, tristeza, miedo, ira, vergüenza, inseguridad, nostalgia… son algunas de las muchas emociones del ser humanos.
Conocer las emociones y el papel que desempeñan en nosotros ayuda al deportista a tener una adecuada gestión emocional en cada situación. Por ejemplo, ante la provocación de un rival.
- Gestión del error
Cualquier deportista en cualquier situación puede cometer un error.
Darle vueltas durante la competición sólo hará que aumente el estrés, la inseguridad… y disminuya la atención, motivación y autoconfianza. El error es parte de la competición y ayuda al deportista en el proceso de aprendizaje.
- Otras variables
Todo lo que pasa por nuestra mente puede afectar al rendimiento.
La personalidad del deportista, las estrategias de afrontamiento, la resiliencia…
