En cuanto al estrés en las lesiones se ha observado que aparece en las siguientes situaciones:
- Antes de producirse la lesión
- Cuando se produce la lesión
- En el periodo de hospitalización e intervenciones quirúrgicas cuando son necesarias
- Durante la restricción de actividad deportiva total o parcial que sigue a la lesión.
- En el periodo de rehabilitación cuando se está mas activo, ya que pueden aparecer dolores o molestias que recuerden al momento de la lesión.
- En la vuelta a la normalidad por miedo a las recaídas.
- Si se producen recaídas.
- Cuando el deportista debe practicar su deporte estando lesionado o con dolor.
- En situaciones en las que la lesión provoca la retirada total del deportista.
Por lo tanto, la psicología del deporte tiene un papel fundamental en la prevención de las lesiones, trabajando con el deportista la gestión del estrés.
¿Cuáles son las razones por las que el estrés puede aumentar el riesgo de lesión?
- El estrés debilita el sistema inmunitario del organismo y lo hace mas vulnerable a las lesiones.
- El estrés puede provocar déficit de atención, dando lugar a malas decisiones o graves descuidos a la hora de ejecutar una determinada acción. - El estrés puede acelerar el cansancio y el agotamiento físico del deportista.
- El estrés puede provocar tensión muscular lo que dificultará la flexibilidad, perjudicando los movimientos.
- El estrés que tenemos en nuestro día a día (laboral, familiar, etc) y que muchas veces intentamos manejar con deporte puede que nos lleve a un exceso de entrenamiento, por ejemplo, en el gimnasio que nos de lugar a lesiones.
Sabiendo todo esto, ¿qué debemos tener en cuenta para prevenir el estrés?
Pues primero identificar que situaciones nos estresan y ver cómo podemos manejarlas para eliminarlas si se puede, o disminuirlas.
Estas situaciones pueden ser:
- Circunstancias ajenas a la competición, relacionadas por ejemplo con el ámbito laboral, escolar, familiar, etc. Por ejemplo, un deportista con mucha carga en su trabajo y que llega estresado a los entrenamientos.
- Demandas del propio entrenamiento deportivo. Uno de los objetivos del entrenamiento consiste en plantear situaciones problemáticas que obliguen a los deportistas a enfrentarse y manejar la adversidad, por ejemplo, el dolor, el cansancio, el sufrimiento, la frustración, etc. Realizar ejercicios demasiado exigentes y que impliquen un sobreesfuerzo aumenta el estrés. Identificar estos ejercicios o estos momentos en los que estamos mas cansados o frustrados nos ayuda a gestionar el estrés.
- Demandas de la competición: por ejemplo, participar en una determinada competición, tener que conseguir un resultado especifico en el siguiente partido, etc. Tener identificado que nos preocupa con respecto a la competición nos ayuda a buscar entre los recursos que tenemos para hacerles frente a estas inquietudes. También es muy importante potenciar los factores personales que ayudan al deportista a disminuir el estrés.
Estos factores son:
- Contar con una buena autoconfianza y autoestima.
- Disponer del apoyo de compañeros, familiares, amigos, etc.
- Estar motivado por la práctica deportiva y por los retos que se pretenden conseguir. -
Contar con un repertorio de estrategias que ayuden al deportista a sentirse tranquilo y cómodo como, por ejemplo, la visualización o autodialogo, estrategias de gestión emocional, técnicas de respiración y relajación, etc.