Los jugadores titulares, en general, suelen estar más satisfechos con los minutos que cuentan en los partidos, que los jugadores suplentes. También tienen una relación mucho más estrecha y positiva con el entrenador y más confianza en sí mismos y en sus recursos que los suplentes. Además, los jugadores suplentes suelen percibir que los titulares están más apoyados y valorados por parte del cuerpo técnico.
Por ello, lo más importante es ajustar los objetivos de estos jugadores a esta situación para que puedan entrenar con la motivación apropiada, la autoconfianza, el nivel de activación y concentración adecuado en cada momento, y la gestión emocional y la tolerancia a la frustración suficientes para seguir progresando y estar preparados para ayudar al equipo cuando el entrenador lo considere oportuno.
Los objetivos principales cuando te toca ser suplente son:
- Aceptar la situación y centrarse en lo que depende de ellos mismos.
- Esforzarse en el entrenamiento para aprovechar al máximo las oportunidades que surjan o los minutos de juego que jueguen.
- Animar a los compañeros.
- Estar conectado con el partido, analizando al rival y poniendo el foco en aquello que se va a hacer cuando se salga al campo.
De esta forma se consigue que, ante una situación negativa como es la perdida de titularidad, el deportista sea capaz de convertirla en un reto, volver a hacerse con un puesto en el equipo, y se sienta motivado y con confianza.