DESESCALADA EN EL DEPORTE
1. Gestión emocional
2. Establecimiento de objetivos
3. Visualización
Poco a poco se vuelve a los entrenamientos y se retoman algunas competiciones. Una situación anómala dada la fecha en la que estamos, debido a que se tiene volver a entrenar cuando se debería haber terminado la temporada, con muchas restricciones en cuanto al comportamiento que se debe tener con los compañeros o con el cuerpo técnico, los objetivos que se tienen que conseguir en poco tiempo, las medidas higiénicas que se deben tomar… Ante esta situación me estoy encontrando con personas que sienten miedo, incertidumbre, frustración, ansiedad, estrés, sobremotivación… a la hora de volver a recuperar su rutina de ejercicios.
Entrenar con estos sentimientos y con los pensamientos asociados a ellos puede hacer de la vuelta al deporte una situación incómoda y desagradable que puede repercutir negativamente en la salud física y psicológica del deportista.
¿Qué podemos hacer ante esta situación?
1. GESTIÓN EMOCIONAL
Saber el motivo por el que aparecen nuestras emociones y que nos quieren comunicar, ayuda a poder gestionarlas y dar un enfoque distinto dentro del contexto que lo provoca. ¿Qué nos quieren decir las emociones que he mencionado anteriormente?
- Miedo: aparece cuando percibimos que la situación que estamos viviendo puede producir una amenaza para nosotros. Sentiremos miedo ante el contagio, por no tener un rendimiento óptimo, ante las lesiones, a tener que conseguir ciertos objetivos en un espacio corto de tiempo (jugar playoff de ascenso, clasificarse para una competición…).
- Frustración: la sentimos cuando percibimos que no hemos conseguimos los objetivos que nos hemos planteado, lo que hace que aceptemos la imposibilidad de conseguir aquello que se desea en el momento que se desea. Volvemos de estar parados alrededor de tres meses, evidentemente no tendremos el mismo nivel físico, ni técnico ni psicológico… que durante nuestra rutina de entrenamiento. Tendremos que entrenar de forma progresiva y tener paciencia hasta conseguir el nivel que teníamos antes del confinamiento.
- Incertidumbre: es el miedo y preocupación por el futuro, por no tenerlo bajo control. Aunque se dice que el futuro es incierto, la rutina y el saber que voy a hacer mañana nos da seguridad. Al estar viviendo una situación tan inestable es normal que aparezca este sentimiento ya que hasta hace poco no se sabía si se iban a reanudar algunas competiciones, hay indecisión también sobre cómo será la temporada que viene, que pasa con las personas que acaban contrato y tienen que seguir jugando… Se toman decisiones cruciales y tenemos poco tiempo para reaccionar ante ellas.
- Estrés: aparece cuando pensamos que no tenemos los recursos suficientes para hacer frente a una situación. Como ya hemos comentado esta situación es nueva, es normal pensar que nos faltan herramientas para afrontarla.
- Ansiedad: aparece como una respuesta ante un peligro que percibimos y desencadena una serie de cambios en nuestro cuerpo para hacer frente a esta amenaza. Ante este contexto que vivimos podemos percibir sensación de ahogo, dolor de cabeza, mareos, molestias gastrointestinales, dificultad al dormir, mayor irritabilidad… son algunos de los síntomas de la ansiedad.
- Sobremotivación: tenemos muchas ganas de volver a disfrutar de nuestro deporte, pero es importantísimo regular esta sensación. El ansia por el regreso puede generar las emociones mencionadas anteriormente, provocar lesiones por no tener el foco de atención puesto en los ejercicios, falta de autoconfianza en nuestras capacidades… Es necesario, de nuevo avanzar progresivamente y dentro de unos objetivos.
En definitiva para gestionar estas emociones es importante:
a. Identificar la emoción que estamos sintiendo, ponerle nombre. Así sabremos que nos quiere decir y donde tenemos que poner nuestra atención para conseguir gestionarla.
b. Aceptarla y ¡no luchar contra ella!: si intentamos reprimirla aparecerá con más fuerza, recordemos que tiene algo importante que decirnos.
c. Expresarla a nuestro entorno cercano puede ayudarnos al igual que practicar técnicas de respiración o meditación.
2. ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS
Como ya he mencionado, el nivel físico, técnico y psicológico que teníamos antes de la cuarentena no es el mismo que tendremos ahora, después de 3 meses sin practicar deporte. Por ello, es necesario establecer objetivos para poder ir avanzando progresivamente.
Los objetivos nos darán información de nuestro progreso y servirán como motivante para poder alcanzar, de nuevo, nuestro nivel óptimo.
Algunas características de los objetivos:
- Deben ser medibles: no es un objetivo válido decir “voy a dar el 100% de mí” porque no tenemos datos objetivos que nos confirmen si hemos alcanzado nuestro reto, dependemos de nuestra percepción. En cambio “reducir un 50% la perdida de balón” si es un objetivo que podemos cotejar con datos objetivos. El hecho de que sean medibles nos muestra el progreso que vamos realizando.
- Es necesario establecer un plan de acción: es decir, señalar aquellas tareas y acciones que nos llevan a poder conseguir nuestro objetivo.
- Es importante que sean relevantes, que supongan un reto alcanzarlos, pero no que sean imposibles, puesto que podría afectar a la motivación del deportista.
- Fijar una fecha para llevarlos a cabo. En el caso de que no se haya conseguido el objetivo, sería necesario reformularlo.
- Las consecuencias de los objetivos a corto plazo deben acercarnos a los objetivos a medio y largo plazo.
3. VISUALIZACIÓN
Nuestro cerebro interpreta igual lo real y lo imaginario. Una situación imaginaria (por ejemplo, visualizar que realizamos una acción en concreto) activa la mismas zonas en nuestro cerebro que si la estuviéramos realizando de forma real. Por ello, es interesante aprovechar las ventajas que nos ofrece la visualización para la vuelta a los entrenamientos. Nos ayudará a aprovechar mejor el entrenamiento, a recuperar antes nuestro máximo nivel y a mantener nuestra motivación.
Algunas de las características de la visualización:
- Se debe practicar acciones concretas
- Es necesario tener en cuenta nuestras capacidades reales en ese momento.
- Asegurarse de que la tarea se practica bien.
- Se puede realizar desde fuera (como si fuéramos un espectador) como desde dentro.
- Las acciones se visualizan siempre teniendo éxito.